POR LA DIGNIDAD DE LAS PLANTAS
A los y las que nos gobiernan.
A toda la ciudadanía.
Toda vida animal humana, en todo el planeta, se sostiene en y por el mundo vegetal. La vida de todos los humanos animales es resultado de la existencia de las plantas.
Como dijo la filósofa española, Adela Cortina Orts, los animales y la naturaleza (dice ella), lo que tienen es valor. Siendo las plantas y los animales seres sintientes, podría decirse que tienen valor.
Si los seres vivos, plantas y animales, tiene un valor, los seres humanos deben respetarlos, y eso no significa que puedan hacer con esos seres vivientes lo que les de la gana.
Las plantas dan oxígeno, capturan CO2, atrapan metales pesados en el aire, atraen lluvia, retienen el suelo y lo protegen de la erosión, de las escorrentías, lo nutren y lo purifican.
Son la base de la alimentación animal humana: frutas, verduras, frutos secos, legumbres, cereales, pastos, forraje… Proporcionan materiales de construcción, fabricación y tejidos. Desde tus muebles hasta tu pincho de tortilla, las croquetas, los doritos, tus hamburguesas con queso… sin plantas no se pueden hacer.
Revalorizan el precio de nuestras casas. Las zonas ricas de las ciudades y los pueblos están llenas de vegetación, las zonas pobres suelen ser yermas y deforestadas.
Las plantas tradicionalmente, han sido puestas en segundo lugar, dando a entender que su valor principal es instrumental, para el sostenimiento de la vida de los animales y humanos. Este valor nadie lo duda, pero ya es hora de que también se las reconozca como valiosas por el hecho de ser.
En la necesaria lucha contra el cambio climático, el argumentario más actual, pasa casi exclusivamente por reducir emisiones. Hay que reducirlas de forma urgente, pero no es incompatible con la captación de todo el CO2 que ya está en la atmósfera desde hace 2 siglos. Y la mejor manera de meter capturar ese CO2 es por medio de las plantas. Se pueden hacer las cosas a medias o completarlas, por ello abogamos porque la lucha sea más completa y eficaz. Básicamente queremos reducir emisiones a 0 y a la vez meter el CO2 de nuevo en la tierra o en los tejidos vegetales.
La crisis climática comenzó cuando se rompió el equilibrio entre los gases de efecto invernadero, que se liberaban atrapados en el suelo, extrayendo petroleo y carbón, deforestando y quemando bosques; y los gases que se reintegraban en él, a través de captación de CO2 de las plantas, con la función clorofílica. Millones de hectáreas taladas y quemadas para pastos y alimentar ganado, monocultivos para biocombustibles, madera, incendios forestales, especulación y urbanismo capitalista desaforado y mal planteado. Pan para hoy y hambre para mañana. Todo esto cambia el clima.
Por ello pedimos:
- Reconocimiento legal y dignidad para todas las plantas. Son seres, no cosas, no son mobiliario. Tienen valor en si mismas, tienen valor por el hecho de ser, de ser seres vivos, que además nos permiten la vida. Sin plantas no hay vida animal. Este reconocimiento ya existe en Suiza, desde el año 1992.
- Que Los bosques y monocultivos que se talen para obtener recursos materiales se restauren con bosques autóctonos. Los humanos vamos a seguir utilizando madera, pero es un recurso finito, hay que cuidarlo y protegerlo. Hay que plantar para seguir teniendo.
- Los humanos vamos a seguir comiendo vegetales, vamos a seguir usando fibras vegetales, etc… Eso no significa que haya que destruir el suelo, ni arrasar bosques o selvas, no significa que haya que envenenar la tierra.
- Que se acabe con el uso de herbicidas que envenenan el suelo y a todo ser que se vive y alimenta de ello. Nos envenenan poco a poco a todos y todas.
- Basta de quema de rastrojos, que liberan mucho CO2, rastrojos que compostados podrían servir de abono natural en el propio huerto.
- Que se acabe con las patentes de semillas. Nadie tiene derecho a poseer la genética de nada por el hecho de haber pagado. Además la biodiversidad es un seguro de vida.
- Que se creen bancos de semillas en todas las provincias. Para preservar la biodiversidad y asegurar el futuro en caso de extinción de especies vegetales.
- Que las ciudades no sean territorio hostil para plantas, por la salud de las mismas y de quienes las habitan. Liberación de alcorques. Está demostrado que la gente que vive en calles arboladas o cerca de espacios con plantas, gozan de mejor salud.
- Respeto a las plantas espontáneas o adventicias. Las plantas espontáneas cumplen una función biológica esencial, no son suciedad, no son basura. Reverdecen las ciudades, y sirven de alimento para muchos polinizadores.
- Creación de escuelas provinciales de jardinería. La educación de los profesionales de las plantas, su especialización, no solo dignifica a los y las trabajadoras, si no que repercute en la salud de las plantas en espacios públicos. Es necesario un cambio de paradigma en jardinería. Que evite los errores del pasado, que esté basado en la ciencia. Siempre hay otras formas de hacer las cosas.
- Que se incluyan los espacios verdes en el sistema sanitario de salud. Es una obviedad que las plantas mejoran la salud de las personas. El 70% de los brotes epidémicos en el planeta han comenzado con la deforestación. No lo decimos nosotras, lo dice la OMS.
- Que todos los colegios en España tengan al menos un jardín, un huerto o un árbol. Y que al menos una vez a la semana, se de alguna asignatura bajo él.
- Penas más duras para quienes talen y quemen bosques, quienes cometan ecocidios. STOP ECOCIDIO.
- Que ningún espacio público al aire libre tenga césped artificial. Es muy feo, se ensucia muchísimo y es un nido de ácaros y polvo. Además es plástico y destruye el suelo.
- Respeto al sotobosque y los arbustos. Los bosques son árboles, arbustos, herbáceas y animales. No son una sucesión de árboles en linea. Somos matojo.
- El sotobosque no es combustible ni es suciedad. Los bosques solo se pueden limpiar de basura humana. Utilizar el fuego para eliminar sotobosque por su potencial riesgo de incendios, no solo libera mucho CO2, sino que destruye el suelo y mata miles de animales y plantas. Hay otros modos de prevenir los incendios forestales.
- Respeto y protección extrema a las praderas y bosques submarinos, que son fundamentales en el equilibrio climático y la vida marina. Captan ingentes cantidades de CO2 y expulsando oxígeno, posibilitando la vida marina y la terrestre.
- Todas las personas tenemos derecho a tener plantas cerca, plantas que estén en vía pública. Plantas que mejoran la vida de todas y todos.
No pretendemos humanizar a las plantas, ni creemos en ello,ni nos parece necesario. Somos muy conscientes de que no son humanas. Pero sí queremos que se entienda que las plantas no son cosas, son seres, gracias a los que podemos vivir.
Los animales no podemos vivir sin plantas, las plantas sí pueden vivir sin animales.
Las plantas son las mejores aliadas contra la crisis climática y por la sostenibilidad de la vida en el planeta tal y como lo conocemos.
Nos vamos a encontrar con muchas resistencias, los humanos somos resistentes al cambio, y cuando nacen movimientos sociales, siempre hay resistencias, críticas e incluso insultos. Si con la lucha animalista, lucha hermana de la lucha vegetal, las personas más reaccionarias muestran su ferocidad, imaginaos como va a ser la respuesta al planteamiento de la dignidad vegetal. Nos llamarán raros, nos insultarán, harán demagogia, señalarán incoherencias, porque a las personas nos encanta ver las incoherencias en los demás y no las propias. Aceptamos que tal vez seamos raros, “frikis” etc… Somos resilientes como los vegetales, y tenemos muy buen humor, así que no podrán con nosotras y nosotros.
La lucha por la dignidad de las plantas no es incompatible con la lucha por la dignidad de la vida, pero no olvidemos que la lucha por la dignidad de las plantas, es la lucha por la dignidad de los animales, y es la lucha por la dignidad de los humanos. Es la lucha por la dignidad de la vida en la tierra.
UBUNTU Y ARRIBA LAS RAMAS


